En cualquier cultura, incluso la más laxa, los saberes científicos, religiosos, legales y, por consecuencia, populares, generan imperativos sobre nuestra sexualidad; nos dicen si está bien o mal el deseo sexual, si es exacerbado o escaso, si está bien dirigido o apunta al objeto equivocado, y nos medican por mucho, por poco y por erróneo. […]