Si hay dolor en el coito es porque algo va mal en el pensamiento, pero también puede ser que algo biológico esté influyendo (enfermedad inflamatoria en la pelvis, endometriosis, fibroides, síndrome del colon irritable, enfermedad de transmisión sexual, vaginismo, irritación por contacto con el látex de los condones, etc.) En los dos casos hay que consultar. El dolor no debe ser naturalizado.
Cuando una mujer no siente satisfacción en el tipo de coito que practica, si no puede pedir lo que le gusta, o si no lo recibe aunque lo pida, es probable que el dolor aparezca como una forma de defensa. El hombre, a veces, le hace a la mujer lo que le gusta que le hagan a él, pero esto es un error; las mujeres tienen una forma diferente de goce, entonces el coito no es gozoso para ella sino para él.
Poco a poco esto va cambiando, pero mientras los varones escuchaban desde pequeños que tendrían erecciones y eyaculaciones placenteras, las mujeres escuchaban que les dolería, que sangrarían, que el embarazo las haría deformarse y ser rechazadas por gordas y por feas , que el parto sería doloroso y el post parto lento. Esta predisposición aprendida ha acompañado a la mayoría de las mujeres por toda su vida. Culturalmente hay una preparación que condiciona a ellos a gozar y a ellas a sacrificarse. A las mujeres condicionadas, decir que les duele las cohíbe y las hace sentir inferiores y culpables de que la pareja no funcione bien, no se les ocurre proponer sexo sin penetración e ir gradualmente creciendo, tampoco pueden pedir lubricante porque se supone que con la lubricación natural tendría que bastar, si no, significaría de que son frías, o peor ‘frígidas’ y, además, la lubricación tiene que darse de forma inmediata, apenas son tocadas.
La idea con que unas y otros se enfrentan al sexo y específicamente al coito, es a las claras muy distinta pero, absurdamente, el varón supone, tal como aprendió sin darse cuenta, que, igual que en las porno, las mujeres están rápidamente preparadas para ser penetradas a como dé lugar.
La mejor técnica: El juego previo, pero no previo de un ratito antes de la penetración, previo desde el encuentro en la calle o en la casa, es el mejor lubricante y relajador muscular.
A probar..
Por la Lic. Alejandra Tallarico