En la mitad de la noche, Hans Spaans se encuentra padeciendo calambres y siente como de a poco, los músculos de sus brazos, espalda, muslos y pantorrillas se van endureciendo hasta encontrarse prácticamente paralizado. En este estado, usa una estrategia muy peculiar para lidiar con sus síntomas de Parkinson, gritar una serie de insultos hasta lograr entrar en un estado de ira. Hans descubrió que ese estado le brinda fuerza suficiente como para levantarse, patear y golpear cosas. Lo más interesante es que al desaparecer la ira también desaparecían los calambres, la rigidez y de repente podía moverse libremente.
Este relato del libro “What doesn´t kill us” de Scott Carney muestra como canalizar emociones fuertes tiene un impacto fisiológico enorme (algo que probablemente ya sabías pero acá vas a aprender a utilizar a tu favor).
La conexión entre emociones y fisiología corporal es evidente cuando pensamos en como nos impactan desórdenes como ansiedad, depresión, colon irritable, fatiga crónica, etc…
Cada vez sabemos más sobre la neurobiología de las emociones y esto nos permite entender que las emociones no son simples situaciones que se disparan por eventos externos al cuerpo, si no que a esta información tu cerebro le agrega data de tu fisiología (respiración, tono muscular, postura, expresión facial, presión arterial, ritmo cardíaco entre otros) y compara esta información con experiencias pasadas para crear una respuesta emocional.
Esto significa básicamente que tenemos dos avenidas posibles para controlar nuestras emociones. No siempre podemos controlar lo que sucede afuera de nuestro cuerpo (el tráfico, la tasa de cambio de moneda extranjera o el resultado de un partido) o el aspecto “inconsciente” de nuestra respuesta, pero podemos cambiar nuestras respuestas fisiológicas, ya que la mayoría de ellas son voluntarias.
Volviendo al ejemplo de Hans, su estrategia para lidiar con los síntomas a través de un estado de Ira, inducido voluntariamente, era efectivo, pero autodestructivo.
Afortunadamente encontró una estrategia más productiva y conveniente para lidiar con los síntomas, una combinación de respiraciones profundas y duchas heladas.
Para comprender porque esto funcionaba hay que entender los efectos de la exposición al frío en tu organismo. (Recordá que en Parkinson se destruyen células productoras de Dopamina, precursor de la noradrenalina)
Frió
Las personas sumergidas en agua a 14 grados hasta los hombros aumentan sus valores de noradrenalina en 530%, reducen el cortisol y aumentan 250% los valores de dopamina en sangre.
La noradrenalina tiene efectos sustanciales en nuestra capacidad de atención y de foco, aumentan nuestro nivel de vigilia y mejora el humor (tanto que la alteración de la adrenalina es uno de los componentes más importantes de la depresión y se utilizan antidepresivos que inhiben la recaptacion de noradrenalina)
Hay varias razones por la que las duchas frías aumentan en popularidad en los últimos años: Reducen el estrés. mejoran la inmunidad y aceleran la recuperación muscular. Pero hay otro factor más importante… te hacen sentir eufórico.
Frente a un estrés agudo como la exposición al agua fría, tu cerebro responde inmediatamente con un efecto de HORMESIS (un estrés muy bueno por breves períodos de tiempo)
A que me refiero con las emociones son negociables: Digamos que estás teniendo una respuesta emocional al hecho de ser despedido, estas lleno de ira, resentimiento y preocupación por el futuro, pero
si te dieses una ducha fría en ese momento sería extremadamente dificil mantener tu atención en otra cosa que no se “esta ducha esta helada la p*^¨madre”. Para cuando salís del agua fría, el aumento de dopamina y norepinefrina va a haber afectado tu estado de ánimo lo suficiente como para
que ya no seas una bola de preocupación caminante y puedas ver que existe una solución a tu problema.
Calor
Cuando estás expuesto a un calor intenso tu cuerpo libera dinorfinas, una sustancia que te hace sentir incomodo. Obviamente no estás buscando esto como resultado, pero cuando las dinorfinas se liberan tu cuerpo aumenta la sensibilidad que tiene a las endorfinas, por lo que la proxima vez que generes endorfinas el efecto va a ser más fuerte. La evidencia sugiere que el uso de un sauna 4 veces por semana reduce el estrés y la ansiedad significativamente desde la primer semana.
Dieta e Inflamación
La exposicion al calor y al frío mejoran tu estado emocional en el momento pero un trabajo más a largo plazo da un efecto más importante, este es el caso de la reducción de inflamación.
Cualquier enfermedad que genere inflamación (diabetes, colon irritable, artritis reumatoidea, Parkinson, etc.) tiene el potencial de generar un estado llamado “Depresión inducida por lipopolisacaridos”, básicamente la inflamación arruina tu estado de ánimo. Estudiar si la inflamación de tu cuerpo puede estar afectando tu estado de ánimo es tan simple como pedirle a tu médico que en el próximo análisis de sangre pida ERITROSEDIMENTACIÓN y PROTEÍNA C REACTIVA.
La evidencia científica al respecto es tan clara que incluso existen estudios en humanos, donde las personas que fueron inyectadas con sustancias que inducen inflamación presentaron síntomas depresivos, ansiedad, sensación de desconexión social y anhedonia (incapacidad de sentir placer).
Después de haber leído el párrafo anterior es seguro decir que vas a querer mantener tu nivel de inflamación al mínimo posible. Las maneras de reducir la inflamación son previsibles:
Mejorar la calidad de sueño, realizar una buena cantidad de actividad física, mantener tu peso ideal, no tener episodios de hiperglucemia, no consumir hidratos de carbono refinados, grasas trans y endulzantes artificiales.
La Dra. Barrett en su libro “How emotions are made” explica como cuando una experiencia nos afecta y no conocemos la causa por la cual nos mueve emocionalmente estamos más supeditados a considerar nuestras emociones como hechos, en vez de como nuestra experiencia del mundo (la cual es 100% modificable). Este efecto es tan evidente que la gente reporta mayores niveles de felicidad y satisfacción en la vida si se la entrevista en un día soleado, a menos que al entrevistado se le haya preguntado explicitamente por el clima (conoce la causa)
A veces la diferencia entre sentirse ansioso o sobrepasado y motivado es tan simple como hacer más ejercicio, reducir la inflamación, realizar duchas frías o aprender técnicas para el manejo emocional.
Si te interesa saber más sobre técnicas simples para el manejo emocional que no requieran un cambio de hábitos podés ver el video de mi canal de YouTube. Las técnicas nombradas son de Matthieu Ricard, monje budista francés, apodado por los medios como”el hombre más feliz del mundo”.
Médico y Profesor en medicina desde los 23 años, el Dr. La Rosa se decepcionó con la efectividad de los tratamientos convencionales y decidió dedicar su vida a la búsqueda de alternativas terapéuticas, tanto milenarias como modernas, que fueran efectivas y no dañinas para el paciente
Sitio Web: www.drlarosa.com