Las creencias son aquello que con aseveración un individuo fundamenta para los actos de un diario vivir.
Derivan de los distintos ámbitos de la vida, las hay familiares, sociales, culturales, etc, algunas las podemos ver expresadas a través de nuestra dialéctica, el cómo hablamos y cuantas veces repetimos la misma frase.

He aquí algunos ejemplos

Siempre es lo mismo…
Todo me sale mal…
Hago todo lo que puedo
A mi me pasan todas…
Nunca es como quiero…
Todos los políticos son iguales…

Y si prestamos atención, nos daremos cuenta de una regla del lenguaje que acompaña la creencia que es la generalización…Todo? Siempre? Nunca?
Es realmente asi?

1. “Ayudar a los demás es de buenas personas.”

Y, basándote en esa creencia te propones ayudar a todo cuanto esté a tú alrededor, ¿y tú vida personal?
Sin duda es una creencia que aplicada a conciencia y sabiendo administrar tú tiempo puede convertirse en un alimento a vuestra alma y ser positiva.
Más cuando la misma la usamos para justificarnos el porque no concluimos lo propio, se convierte en una trampa que nos juega en contra.

2. “Para ser profesional hay que responder a las necesidades de la empresa”

Y basándote en esa creencia permaneces en el trabajo muchas más horas de las contratadas, deteriorándose tu vida familiar, social…
Entonces…voy a invitarte a que te observes y consideres tus creencias y así de ese modo poder descubrirte.
¿Te gustaría descubrir esas creencias limitantes que no te permite expandirte?

Ojo con las creencias “trampa” o creencias superficiales