Continuamos en el camino de la alimentación consciente. Hoy les explicaré qué es esto de alimentarse de una forma sana, rica, rápida y divertida.
Desde hace muchos años investigo diferentes corrientes de alimentación, como la vegana, macrobiótica, ayurvédica, omnívora, etc. y me quedo con la alimentación consciente. Y… ¿qué es la alimentación consciente? Bueno, para mí es todo un estilo de vida que tiene que ver con tomar consciencia de qué es lo que ingerimos: pensar y ser conscientes de exactamente con qué sustancias estamos nutriendo nuestro cuerpo.
Este investigar un poco y el tomar consciencia me llevó a dejar atrás muchos de los alimentos que consumía y empezar a adquirir nuevos hábitos. Los cambios se hicieron rápidamente visibles en mi salud y en la forma como me sentía.
Lejos de lo que mucha gente piensa, alimentarse en forma sana y consciente no toma más tiempo ni es más difícil (eso lo demuestro en mi último libro “Fast Food consciente” donde ofrezco más de 100 recetas que se preparan en menos de 33 minutos). Sólo se trata de conocer los alimentos y saber combinarlos. Nuestro peor enemigo en esta tarea, es la costumbre. Solemos restringirnos, por hábito o aprendizaje, a un pequeño grupo de
alimentos, dejando afuera o desconociendo miles de alimentos nutritivamente invaluables para nuestra salud.
La conciencia se despierta de a poco, empezando a leer las etiquetas e investigando qué son esos nombres raros que aparecen con tanta frecuencia, y averiguando qué implica su consumo para nuestra salud. También escuchando al cuerpo y entendiendo como repercute lo que comemos en cómo nos sentimos, y sobre todo, ¡probando!
Hay que animarse a ver qué pasa si dejamos algunos alimentos refinados y los sustituimos por otros más naturales como semillas, algas, brotes, fermentados, cereales integrales, legumbres, vegetales, frutas, súper alimentos, etc.
Erróneamente muchos creen que es un tipo de dieta para adelgazar, pero ese no es el objetivo, sino la consecuencia ya que, al reducir la ingesta de productos industrializados y refinados, también tiende a disminuir el exceso de peso que aportan las calorías vacías.
El camino de la alimentación consciente puede iniciarse con pasos pequeños, haciendo cambios paulatinos. Tal vez sin dejar de consumir nada en una primera instancia, sino sólo incorporando algunos alimentos saludables, como incorporar semillas, o sustituir el arroz blanco por integral, la harina refinada por harina integral, la sal común por sal marina, etc. Son pequeñas modificaciones que hacen la diferencia y ayudan a nuestra calidad de vida.
Y recordó que “somos lo que comemos, y lo que hacemos”. ¡Hasta la próxima!